a veces pareciera que se trata de una broma: todas las fechas de entregas muy importantes en la universidad, plazos para postular a becas y compromisos sociales ineludibles están en la misma semana, y, en mi caso, en un período crítico de tres semanas que parecen nunca acabar. entonces, si no se puede hacer nada al respecto (las flexibilidades siendo inexistentes en la mayoría de los casos) no queda más que reventarse por ese tiempo y sacrificar algunas veces la calidad de lo que haces. es muy dome la verdad, pero llega el punto en que tenemos que priorizar las cosas. qué es más importante, quedará mejor; lo secundario sufrirá, trayendo consigo posibles consecuencias.
como estoy escribiendo además en mi tercer idioma, el francés, mi cerebro se refríe con facilidad y la neurona que queda después de las 4pm se niega a seguir adelante con el trabajo. es estresante.
lo importante es recordar que haga lo que haga, el día tiene las horas que tiene y que si no descansamos el trabajo sufrirá aún más. a por ello.